Llueve en Barcelona, llueve como hace mucho no veía llover , llueve como si fuese México en verano, como baldazos de agua no necesariamente fria ...Pere se ocupa de cerrar todas las puertas y ventanas de Pelayo. Yo consiente del delito, abro una puerta que da al balcón y salgo; quisiera que la lluvia me mojase así que estiro uno de mis pies por entre las rejas del barandal; pequeñas y huidizas gotas arremeten contra mi piel. Abajo la gente se ha refugiado en la parada de autobuses, el cielo no deja de tronar.
Pienso en el mar, en la playa y en las olas chocando en la arena . Pienso en Bolivia, en la de noches de lluvia que he pasado; extraño el olor a tierra húmeda que en Cochabamba asciende cuando deja de llover...pero por sobre todo extraño que no sea navidad por que soy del sur y el verano en agosto no corresponde!